Y entonces anoche, no muy tarde, mi corazòn alado decidio volver a casa.
Lo note cansado y un tanto sucio, pero feliz.
Conversamos amigablemente mientras tomabamos tè con limon y escuchamos algo de Telepomusik que siempre crea el ambiente adecuado para las charlas de medianoche.
Me conto que habia viajado hacia el norte muchas veces, buscando el calor que acà nunca pudo encontrar.
Nos reimos un buen rato y decidimos ir a dormir.
Màs tarde mientras me lavaba los dientes, me dì cuenta que deberia seguirlo a todos lados, dicen que uno siempre debe seguir a su corazòn.
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