Lo cierto es que en aquel Mayo, roce por medio contigo, a mi me cambiaron los esquemas, si es que eso que pensaba querer de mi vida eran esquemas, me cambiaron algunos códigos y lo peor, despertaste mi ira, mezcla profunda de ansiedad y obsesión que desató esta jauría interna que no cesa. Mezcla más que suficiente para “justificar” esta unilateralidad de pensamientos que te pertenece.
A ver, todo empieza y todo termina tan a menudo contigo, que me pierdo el desarrollo, esto es, no se cuando das comienzo y cuando das fin al suspenso que proponen tus encuentros y desencuentros. Tu idas y vueltas y más que eso, tus giros que marean mi sentido, me han hecho reflexionar
si es necesario o no recibir toda tu suerte de sutiles estímulos encubiertos que alimentan y consumen esta corrida psicótica, que hasta el momento, tu disfrutas escondido y yo disfruto el producto de la desgracia. La respuesta por supuesto que es
no, pero el problema es que no siempre yo decido, sino que mi otro yo (alguno de ellos) se encarga de ese tipo de decisiones donde es necesario negociar ciertos aspectos con cada latido del cuore. Digamos que yo soy más racional...pero niño.....debes saber que escapas a eso.....
Espejos de por medio, miradas adentro, suspiros contenidos, kilómetros caminados dentro de casa, cuentos, dibujos, lectura, todo tipo de meditación y posterior distracción durante tus períodos de ausencia, dicho de paso; son los que predominan, no han logrado sacarte del medio......entonces debo hacerlo yo misma. Figuremos este instante como una persona que ha decido después de años dejar al libre albedrío a su ser, que ha decidido temblando pero con mucha actitud, deshacerse de ti, que ha firmado con su sangre, matarte o tenerte, amarte u olvidarte, una persona que ha dejado que ver tus grises. Debo admitir que hasta me suena alentador, me has hecho sucumbir en tu deseo, y subestimar a un alma conciente de la inexistencia infinita de límites, no es una buena idea....